Fuente: El Espectador

Conducir con llantas que no tienen la presión de aire adecuada no solo compromete la seguridad de los ocupantes, sino que también impacta directamente el medio ambiente y aumenta el consumo de recursos naturales.

De acuerdo con un estudio reciente sobre la presión de inflado en neumáticos, uno de cada cinco conductores en los principales países de América Latina circula regularmente con al menos una llanta con presión inferior a la recomendada (7 psi menos de lo indicado por el fabricante). Además, uno de cada siete conductores opera su vehículo con presiones extremadamente bajas, inferiores a 9 psi, lo que representa un riesgo significativo para la seguridad.

Cuando las llantas trabajan con una presión inadecuada, son forzadas a operar en condiciones para las cuales no fueron diseñadas. Esto no solo afecta su desempeño, sino que también acelera su desgaste y disminuye su eficiencia, poniendo en peligro a los conductores y a quienes comparten la vía.

Condiciones de los neumáticos

El análisis también reveló datos preocupantes sobre el estado de los neumáticos:

• Desgaste avanzado: El 9,3% de las llantas revisadas tenía una profundidad de dibujo igual o menor a 2 mm.
• Estado crítico: El 3,9% de las llantas presentaba una profundidad de dibujo igual o inferior a 1,6 mm, el mínimo requerido para garantizar seguridad.
• Falta de componentes clave: El 32% de los neumáticos carecía del tapón de la válvula, una pieza esencial que protege el mecanismo de la válvula de la humedad, el polvo y otros agentes externos, reduciendo el riesgo de pérdida de aire.

Problemas en la calibración de presión

Otro dato relevante es que el 82% de los conductores revisan la presión de inflado de sus llantas en estaciones de servicio. Sin embargo, el estudio reveló que el 9% de los calibradores en estas estaciones reportaban presiones hasta 3 psi inferiores a las reales, en comparación con los calibradores profesionales usados en centros especializados. Esto puede resultar en inflados imprecisos que afectan tanto la seguridad como la eficiencia del vehículo.

Impacto en el consumo de combustible y el medio ambiente

La presión de inflado es un factor clave en la resistencia al rodamiento de las llantas, lo que incide directamente en el consumo de combustible. Dependiendo del tipo de vía y del estilo de conducción, la resistencia al rodamiento puede representar entre el 18% y el 26% del consumo energético del vehículo. Una presión de inflado insuficiente incrementa esta resistencia, lo que genera mayor consumo de combustible y, como consecuencia, un aumento en la emisión de gases contaminantes.

Mantener la presión adecuada en las llantas no solo garantiza un manejo más seguro, sino que también contribuye a la eficiencia del vehículo y a la protección del medio ambiente. Por ello, es esencial realizar revisiones periódicas utilizando equipos calibrados y reemplazar o reparar los componentes necesarios para garantizar el mejor desempeño de las llantas. Esto no solo reducirá los riesgos en la carretera, sino que también ayudará a disminuir el impacto ambiental y los costos asociados al consumo de combustible.